
El fin de semana mi dealer me sorprendió. Cada viernes acudo a su departamento para adquirir algunas dosis de cannabis y disfrutar el fin de semana. Hasta ahora me había ofrecido marihuana chilena, de la cuarta región, a veces preandina, es decir, con un profundo color morado. Todas de excelente calidad. Sin embargo, el viernes pasado me dijo: "Te tengo algo especial", y me estiró su mano cerrada con una "caleta" envuelta en papel de diario. "Se llama Master Kush", agregó. Cuando abrí el paquete eran unos cogollos completamente cerrados, como si hubieran pasado por una prensa. Recorde una sativa africana que cultivé en 2004 y le pregunté si era de ese contienente, lo que confirmó. Su aroma era penetrante y parejo. Cuando la probé quedé fascinado; la volada fue sensacional y muy sensorial. Mi pareja concordó en que se trata de una excelente marihuana de cultivo doméstico. Fumamos suavemente durante el fin de semana, enrolando cada cigarrillo como si fuera el último, entrando en mundos de colores inimaginables. La relajación fue absoluta hasta que llegamos al último caño que consumimos a la salida del metro Franklin, antes de ingresar a ese exquisito planeta llamado persa. Totalmente volados recorrimos los diferentes galpones y acordamos comprar primero un computador para nuestra nueva casa, a la cual nos cambiaremos dentro de pocas semanas. La lista de cosas que necesitamos no es tan larga, ni tan costosa, pero volados pasa más piola. No compramos nada, porque decidimos esperar a fin de mes para reorganizar las finanzas. Cerca de las tres de la tarde almorzamos en una de esas picadas del barrio Franklin, baratas y buenas. Nos atendió un mozo que no parecía muy concentrado, pero todo fue rápido y agradable.
En fin, se acabaron los Master Kush y un fin de semana de lujo... sólo espero que mi delaer vuelva a sorprenderme, aunque ahora me gustaría un Super Skank o un Purple Haze, para variar digo yo.
PD: mi dealer me contó que fue a una fiesta de autocultivo que se convirtió en un remate. El dueño de las plantas había cosechado doce matas de semillas seleccionadas, con nombres rimbombantes. Prendía un pito de Orange Bud, por ejemplo, y lo hacía correr, mientras narraba sus características. A renglón seguido, ofrecía una bolsa de 20, 50 o 100 gramos en altas sumas. Uno de los asistentes le dijo: "oye, dejémonos de huevadas... tengo dos millones, te hago un cheque y lo cobras mañana mismo si quieres... ¿cuanto me das?". El comprador se llevó un kilo de lujo y el dueño del remate se ganó en total unos siete millones de pesos en cuatro horas. Obviamente había que ir con dinero, no sólo a poner la boca y el cerebro. Cosas de dealers... El próximo remate no me lo pierdo, sólo espero que vendan de 5 o 10 gramos para no quedar en la bancarrota.
3 comentarios:
La media volaíta. Buen relato. Mi consejo es que no fumes más de tus finas hierbas y le des duro a la paraguaya prensá. Esa sí que es buena y te deja loco. Así, no tendrás que preocuparte ni de muebles ni nada. Siga mi consejo campeón...
NS
no pasa nancy socio!!
si fumai esa wea vai a quedar mongolico, el neopren te va a matar.
Lo mejor es fumar cogollitos sólidos, y variando sus cepas para tener distintas "voladas" para distintas ocasiones.
Cambiando de tema, excelente relato compadre... Sencillamente notable!!
Este viernes sorprendo con otra jajaja!
tu dealer
Agradezco a mi dealer que se compromete cada semana con nuevas cepas de "cogollos sólidos" entregándome la posibilidad de una volada diferente y novedosa. Negro, sabes de muchos temas, pero claramente las finas hierbas no son lo tuyo. Estoy en etapa previa para declarar la guerra al paragua... claro que cuando llega el maldito verano suelen salir los prensados y -ante la escasez- peor es mascar lauchas.
Gracias por los comentarios...
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