jueves, marzo 30

¡¡POR ALGO SERÁ!!


En mitad de una frívola jornada televisiva, escucho a Francisco Javier Donoso lamentarse de que una concursante del programa en que es jurado había contado un chiste "hereje". El Rumpy, para terminar de hincharle las pelotas, le cuenta otro, fome, pero válido para hinchárselas a los católicos ortodoxos que creen que nadie puede opinar o reírse sobre asuntos de fe. Escuchando su fundamentalismo, recuerdo a Jaime Guzmán. Sí, el mismo que el Frente Patriótico Manuel Rodríguez ajustició en abril de 1991.
Jaime Guzmán Errázuriz, cerebro de la dictadura y mentor de la Unión Demócrata Independiente (se pasan de carerraja para perpetuarse con un nombre tan cínico) cumple 15 años de muerto, y la derecha lo recuerda pidiendo justicia y sabiendo que los autores están repartidos por el mundo tras haber protagonizado la gran fuga de la Cárcel de Alta Seguridad (nuevamente, un problema de nombres). Es muy fácil pedir justicia, luego de haber participado directamente en la negación de ella para miles de casos de violaciones de derechos humanos.
Jaime Guzmán se jactaba de haberse enfrentado al carnicero Manuel Contreras, sin embargo, siendo la cabeza pensante del régimen tiránico de Pinochet, nunca advirtió la necesidad de que el pueblo que vivía pisoteado por la bota militar tuviera un respiro. Cuando recuerdo su muerte, me es inevitable recordar la fascista frase que la derecha enarboló cada vez que se denunciaban torturas, desaparecidos o vejaciones. ¡Por algo será!
Si bien no es mi intención aplaudir a quienes dieron muerte al Senador Guzmán, a mi juicio el único error es no haberlo hecho durante la dictadura y no cuando la democracia recién comenzaba, porque luego de la negociación que derivó en plebiscito, elecciones y reorientación de la vida nacional, "había pasado la vieja". Y es que habiendo tenido la posibilidad de matar al genocida en el Melocotón, se chispotearon... eso, eso si que empelota, que habiendo podido cambiar la historia, no concretaron.
Jaime Guzmán, en El Mercurio del 19 de noviembre de 1989, declaraba: "Considero que el Presidente Pinochet es una de las personas con quien Chile tiene una mayor deuda de gratitud. A pocos meses de que se aleje del Mando Supremo, deseo reforzar especialmente mi lealtad y aprecio hacia su persona (…) Me declaro pinochetista, y a mucha honra". La lealtad con el tirano tuvo su precio y es que la gratitud a la que se refería este peladito con cara de nerd no pasaba por el pueblo abusado, sino por lo empresarios; pasaba por quienes se apropiaron de las empresas públicas y se enriquecieron, por quienes robaron y saquearon las propiedades de miembros de la izquierda chilena. Ellos deben seguir agradecidos, aunque después que se destapó el caso Riggs, apenas se escuchan carraspeos, porque creyeron que sólo ellos tenían derecho a meter las manos. Por supuesto que Guzmán y todos los corderos del sanguinolento se vieron beneficiados por Pinochet... pero todo se paga Guzmán, todo... tu pagaste temprano y ¡que bueno!, no sé quién te habría soportado más años en política. No olvides que ganaste un cupo parlamentario gracias al binominal, no voto a voto.
En el mismo Mercurio citado anteriormente, aparece otra frase de Jaime Guzmán, donde señala que considera "extremadamente peligroso a Ricardo Lagos para el futuro del país". Con esas proyecciones, sólo queda recordar nuevamente la frase momia y relamida: ¡Por algo será!, si hasta los empresarios enriquecidos bajo dictadura aplaudieron al ex presidente, en cuya administración siguieron acumulando dinero, esta vez dentro del imperio de la ley.
20 días antes de que el vehículo en que abandonaba el Campus Oriente de la Universidad Católica fuera acribillado, Guzmán declaraba que las violaciones a los derechos humanos eran responsabilidad de los gestores de la Unidad Popular, justificando las matanzas. No es extraño que alguien quisiese darle justicia al autor de tan descabellada frase.
Jaime, fue una provocación y todo tiene su precio. ¡POR ALGO SERÁ!!
PD:Larga vida al comandante Ramiro y a Ricardo Palma Salamanca.

ERRECÉ

lunes, marzo 27

Vida Pública y Vida Privada (o ¡puta la mala cueva!)

Me dicen que no porque mi blog tenga un nombre político, debo escribir solamente de aquello. Y precisamente el fin de semana me ocurrió algo –ojalá irrepetible- que narraré a continuación.
Estábamos mi pareja y yo a pocas horas de ver el recital del gran Manu Chao, para lo cual habíamos esperado un mes, desde que adquirimos las entradas. Luego de beber unas cervezas en un bar de mala muerte (que tanto nos gustan) acudimos a la cita con tres horas de anticipación. Paseamos por el Parque de los Reyes, aledaño a la Estación Mapocho, lugar donde se desarrollaría el espectáculo. Buscamos un lugar “piolita” para fumar un cigarrillo de marihuana y relajarnos. Nos sentamos a los pies de un árbol y encendimos la macoña, iniciando el ya clásico ritual de los fumatas.
De pronto, ella me dice “oye, esos que vienen ahí no serán pacos de civil”. No alcancé a reflexionar sobre aquello cuando estábamos rodeados por dos jóvenes de jeans y polera. “Buenas Tardes… Carabineros de Chile… Comisión Civil”, se presentaron formal y decididamente. Empalidecí instantáneamente, pensando en que me perdería el recital que tanto habíamos esperado y destruyendo lo que quedaba del pito. Una mierda de experiencia, en un país desmilitarizado hace poquito. Nos pusimos de pie automáticamente, apenas divisamos las placas que daban cuenta de que no se trataba de una broma.
“Sus carnés…”, “¿por qué estay tan pálido?”, “¿saben ustedes que podríamos llevarlos detenidos?”. Nosotros asentíamos con la cabeza, pero poco a poco fuimos entablando un diálogo. Me pidieron la billetera, revisaron el banano de mi pareja, no encontraron nada, porque afortunadamente no teníamos más que “ese” caño, ahora hecho mierda y repartido en el pasto.
Uno de los paquitos sacó de su bolsillo trasero del jeans un papel arrugado, doblado y un poco sucio en los contornos. Me pidió la dirección, anotó mi cédula, la de ella, inventé una dirección, ella entregó la real, mientras les decía “oye, si yo entiendo su pega, pero no andábamos en nada malo”. “No, nadie entiende nuestro trabajo”, replicó el más joven de los copas. Finalmente, nos rajamos… nos devolvieron los carnés, nos dijeron un par de huevadas más y nos dejaron ir. “Bueno, tuvimos mal suerte”, les dije... “y ustedes tuvieron buena suerte”, agregué. “¿Qué?”, me dijo el más joven –que a estas alturas era el que había llevado el procedimiento-, “Si quisiéramos tener mejor suerte, habríamos llamado al carro al tiro y estarían dando explicaciones en la Comisaría”.
En fin, mala experiencia. Seguimos bebiendo en otro bar más higienizado, pero igual de popular, repasamos el amargo suceso y, claro, ellos hacen su pega y así como no me gusta que invadan mi vida privada, tampoco debo invadir la vida pública de plazas y parques consumiendo sustancias prohibidas. Fuimos demasiado confiados y después de años fumando en cientos de plazas, calles y avenidas de decenas de ciudades y pueblos, somos sorprendidos por dos aburridos paquitos que reciben su sueldo bajo el deber de amedrentarnos. Pero que raja tuvimos y qué criterio tuvieron ellos. Disfrutamos el recital durante más de dos horas y media, adentro fumaban desde Manu Chao hasta el que manejaba el foco dirigible, embriagados en una volátil nube cannábica. A la salida, estaban ellos, los paquitos que nos habían efectuado el control de identidad, ahora rodeados por efectivos del GOPE, buscando a algún consumidor desprevenido, pero claro, ya no quedaba hierba, y después de saltar casi tres horas en ese recinto techado, con otras doce mil personas, sólo quedaba una masa humana, cubierta por esa exquisita nube de dispares cepas que se escapaba por las puertas de la estación. Nosotros agachamos la cabeza, pasamos por el lado de nuestros casi captores, y nos fundimos con la noche metropolitana, con la conciencia tranquila y con algo nuevo para este blog.
ERRECÉ

miércoles, marzo 22

Compañero Tapia. Presente.



Es cierto. Mi viejo compañero de Universidad, el "negro", me pide que actualice el blog, porque el suyo pierde vigencia si agrega links que no se actualizan. En fin, decidí hacerte caso negro. Y es que el tema de la política chilena pareció congelarse tras la asunción del mando. La derecha -después de haber destruido el país- ahora se declara constructiva, y en el híbrido concertacionista comienzan las disputas intrapartidos para obtener cupos en testeras y organismos estatales. Se olvidan las mierdas que así comenzaron a aserruchar el proyecto del mártir Allende.
La Presidenta Bachelet anda en Argentina, sumando lazos para darle fuerza a este continente latinoamericano tan a mal traer. Insisto en que debiera vestirse a lo Evo, pero en mujer, porque esos vestidos a pesar de que pueden darle clase, más allá de si se ve bien o mal, se nota que la incomodan. Y en el poder hay que estar cómodos, como lo estuvo Ricardo Lagos, que hasta ponía cara y tono de voz de poderoso (este no es un comentario de moda, me importa una raja si Bachelet gobierna en jeans o en pelota, sólo me gustaría que caminara cómoda).
El mentado "negro" me comenta que Lagos fue sólo un administrador del modelo del "tata" (tiene el descaro de llamar tata el genocida que -dicho sea de paso- ¡cuando chucha va a parar las patas!) Negro, la verdad es que es posible que Lagos haya administrado el modelo heredado de la dictadura, pero es indesmentible que la justicia social, sin importar bajo qué sistema se administre, viene mucho mejor desde el socialismo de la tercera vía moderna, que desde los empresarios que dirigen a la derecha (cinco para mí, medio para ustedes).
Hay que mirar el socialismo como una opción moderna, por mucho romanticismo que nos provoque el antiguo modelo, la reforma agraria, Leningrado en blanco y negro, la hazaña del Che Guevara en Africa y Bolivia (A propósito, ¿el ejército boliviano que mató a Ernesto es el mismo que hoy acompaña la revolucíón de Morales?, parece que -viendo el ejemplo argentino- es cierto que las instituciones pueden reformularse). Pero insisto con la premisa que dio origen a este blog -que tan abandonado estuvo- "Chile sigue socialista" porque todavía existen navegantes web -como el señor Tapia- que leen documentos pasados a pasado, aunque en formato digital, y sigue socialista más allá de quienes estén a la cabeza. Es el espíritu de los ciudadanos. ¡Viva el pueblo!
PD: ayer martes, EMOL publicó la noticia del aniversario de la Fach, poniendo "el nuevo subsecretario de Aviación Raúl Meneses" en vez de Raúl Vergara. Los editores momios confundieron el apellido de un profesor de la Universidad Católica, torturador del Estadio Nacional, con el del torturado subsecretario. Ironías del destino.
ERRECÉ