
“Sabes que vas a comer
por dar ‘hostias’ a la gente”
Del tema: “Era un hombre y ahora es poli”
La Polla Records
Del tema: “Era un hombre y ahora es poli”
La Polla Records
El grito bien podría rememorar los tiempos más negros de este país, pero dada la delictiva conducta de la policía los últimos días, calza incluso mejor que entonces. Portadores legales de la violencia, se ensañaron no sólo con estudiantes durante el paro nacional de los secundarios, sino con la prensa y algunos peatones ajenos a la movilización. Inundaron el centro de Santiago con sus armas químicas y sus ridículos, pero amedrentadores trajes. Golpearon a cinco miembros de la prensa, a uno de los cuales lo patearon en el suelo como una pandilla callejera. Se comportaron como seres intocables los muy hijos de puta, atropellando los derechos humanos de un buen puñado de chilenos. Esta vez fueron demasiado lejos.
Resulta trágicamente irónico que la misma institución que degolló a tres profesores comunistas en 1986 para luego desparramar sus cadáveres, hoy refleje en los rostros de sus miembros la misma ira contra las manifestaciones públicas de los estudiantes secundarios. Educados en la violencia parece que no tienen otro destino. Cómo olvidar, por ejemplo, cuando no tuvieron empacho en mojar, ahogar con gases lacrimógenos e incluso golpear a sus propias mujeres, cuando protestaban en la Plaza de la Constitución por los bajos sueldos de sus verdes maridos.
Existe el mito de que Fuerzas Especiales alimenta a sus miembros con una buena dosis de drogas alcalinas para prender sus ánimos violentos, pero es evidente que la naturaleza armada de estos gorilas no requiere estimulantes, pues se despiertan con ganas de asesinar. Queda clarísimo que no será tarea fácil salir a la calle cuando los pacos vuelvan a sitiar las ciudades. El terror volverá a encender los rostros secundarios, pues hay que ser muy cabrón para ensañarse con menores de edad, más aún vistiendo uniformes, con armas químicas, acuáticas y de fuego.
Entiendo perfectamente a los protestantes que arrojan piedras a los vehículos de carabineros, es la única forma de combatir la violencia legal, porque si los pacos no ocupan las calles, ¿a quiénes apedrearían los muchachos? Se trata de simple provocación. La sola presencia de estos nefastos personajes caldea los ánimos y convierte las legítimas demandas en un circo de enfrentamientos. Basta!... hay que quitarles poder a quienes deambulan por nuestros pueblos rebosando ignorancia. Más que fuerza pública, son un peligro público.
Resulta trágicamente irónico que la misma institución que degolló a tres profesores comunistas en 1986 para luego desparramar sus cadáveres, hoy refleje en los rostros de sus miembros la misma ira contra las manifestaciones públicas de los estudiantes secundarios. Educados en la violencia parece que no tienen otro destino. Cómo olvidar, por ejemplo, cuando no tuvieron empacho en mojar, ahogar con gases lacrimógenos e incluso golpear a sus propias mujeres, cuando protestaban en la Plaza de la Constitución por los bajos sueldos de sus verdes maridos.
Existe el mito de que Fuerzas Especiales alimenta a sus miembros con una buena dosis de drogas alcalinas para prender sus ánimos violentos, pero es evidente que la naturaleza armada de estos gorilas no requiere estimulantes, pues se despiertan con ganas de asesinar. Queda clarísimo que no será tarea fácil salir a la calle cuando los pacos vuelvan a sitiar las ciudades. El terror volverá a encender los rostros secundarios, pues hay que ser muy cabrón para ensañarse con menores de edad, más aún vistiendo uniformes, con armas químicas, acuáticas y de fuego.
Entiendo perfectamente a los protestantes que arrojan piedras a los vehículos de carabineros, es la única forma de combatir la violencia legal, porque si los pacos no ocupan las calles, ¿a quiénes apedrearían los muchachos? Se trata de simple provocación. La sola presencia de estos nefastos personajes caldea los ánimos y convierte las legítimas demandas en un circo de enfrentamientos. Basta!... hay que quitarles poder a quienes deambulan por nuestros pueblos rebosando ignorancia. Más que fuerza pública, son un peligro público.
ERRECÉ
PD: aunque Cafiches del Estado es un clásico gran mote para este dañino grupo de chilenos, el Presidente del Colegio de Periodistas, Alejandro Giullier, no se quedó atrás al calificar a los abusadores policías como “lumpen uniformado”.