viernes, octubre 13

La Billetera

Cada cierto tiempo acostumbro ordenar (entiéndase eliminar) algunas cosas de mi billetera, debido a la mala costumbre de guardar el vuelto enrollado con la boleta (de pura paja de separarlos) o al pésimo hábito de acumular cuanto papel escrito con la huevá que sea. Manías le llaman algunos, pequeñas obsesiones me parece más apropiado.
A veces resulta francamente delirante revisar la billetera y tirar a la basura más de la mitad del contenido. A propósito de eso, mi gran amigo el negro (otro, no el compañero negro superstar) una vez me dijo “pongo una luca pa’ la chela porque o sino esta huevá deja de llamarse billetera y se convierte en papelera”.
Y es que además de las típicas fotos tamaño carné, uno guarda en este pedazo de cuero, cuerina, plástico, tela, sintético, o genuino cadáver una cantidad enorme de cosas inútiles, que –sin embargo- parecen imprescindibles.
Veamos, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis… 19!!! ¡Diecinueve comprobantes de giros en cajeros automáticos! Bueno, aunque parezca una exageración, me hace mucho sentido desde que una de estas máquinas de mierda se quedó durante un mes con buena parte de mi sueldo; simplemente falló y me cagó, se quedó con la plata y me entregó un comprobante que decía ‘tome su dinero muchas gracias’. Desde entonces guardo los comprobantes como una obsesión. Detesto los cajeros automáticos, me dan pánico y lo peor es que en muchas pegas (como en la mía) nadie te pregunta si quieres que te paguen con un plástico que trae tu sueldo y tu identificación grabados en una banda magnética; te meten al sistema y ‘chumpadentro’.
Bueno, un cobro de luz, una boleta de la consulta pediátrica de Démian, dos cupones de promoción de comida japonesa, que jamás como y que no tengo idea quien chucha me los pasó, dos invitaciones con vigencia hasta el 28 de febrero de 2008 para un parque infantil. Hasta aquí sólo conservaría éstas; la boleta de electricidad…Aquí hay más comprobantes de cajeros, dos constancias de cambio de domicilio para votar en las últimas elecciones. El carné de identidad (de los antiguos, vigente hasta doce meses más), una licencia de conducir. 10 lucas; la tarjeta que me liga al cajero. Un autoadhesivo que ya está pa’ la corneta, un par de tarjetas de presentación, un calendario 2006 con una imagen de Miguel Enríquez. Sumando y restando, mi billetera ya pesa la mitad.
ERRECÉ

8 comentarios:

Alejandro Tapia dijo...

Cómo será la cosa con chequera. También suelo acumular boletos de micro. La otra vez en mi billetera encontré un calendario de la campaña de Lagos del 2000. Crecer con igualdad, decía. Puta la broma buena.
NS

chilesiguesocialista dijo...

NS: espero nunca tener una chequera, aunque lo digo porque sé que nunca me darán una. Ya tuve tarjetas y el sistema casi me convierte en deudor crónico...son las trampas del capitalismo, la explotación del hombre por el hombre y del hombre por el sistema financiero y sus putas maquinitas automáticas...

PD: se llaman cajeros automático porque te descuidas y automáticamente te dan como caja.

saludos
errecé

Alejandro Tapia dijo...

automáticamente te chupan la sangre...
anda al nodigas...
NS

mariodonoserra dijo...

Compañero:

Me he reido a carcajadas con tu post, y me siento plenamente identificado, con eso de los vueltos enrollado en boletas, y eso que tambien he botado billetes a la calle confundidos con boletas.....¡lo sé,...el rey de los huevones¡

un abrazo, y te invito a mi ultimo post.

Xi dijo...

Claro, la misma que viste y canta. El otro día me acordé de ti en un bar, porque alguien empezó a cantar canciones italianas del año del queso. Debo reconocer que te salen mejor a vos.

Es bueno botar lo que no sirve, vaciar billeteras y vivir más livianos. A ver si un día aprendo.

Un abrazo.

La cronopio equis.

mariodonoserra dijo...

COMPAÑERO:

LO INVITO A MI ULTIMO POST.

Vania B. dijo...

Si tu billetera es un despelote, imaginate la cartera de la mayoría de la smujeres. La mía directamente es la Dimensión Desconocida. Un kilombo total que ordeno cada que me acuerdo.

DEN dijo...

Uy, qué cachureros los hombres. Yo tenía la impresión de que eso de andar guardando huevaditas era exclusivo del género femenino. Pero NO... erré, sé.

Y respecto a las carteras? yo tengo la "mamona" costumbre de combinarlas con los zapatos, así que cuando hago el cambio, elimino boletas, cupones del super, comprobantes del cajero y cuanto folleto publicitario te reparten en la calle.

Saludos y tolerancia cero con el cachureismo.